Sandía y preparativos para la vuelta al cole
A Claudia no le puede faltar la sandía en la nevera. Comprar una entera supone reorganizar el frigo, temiento incluso la rotura de algún cristal dado el tamaño del ejemplar que ese día nos trajimos del mercado. No puedo ir a los mercados a por dos o tres cosas nada más, ni con una lista, nada, la frescura de sus productos me hacen acabar con los brazos llenos de bolsas y dado mi escaso potencial para ello decidí hace tiempo coger el carro. Esta vez, ni carro ni nada, con la sandía, además de patatas y resto de la compra, andamos de punta a punta de la calle intentando equilibrar el carro a cada momento al tiempo que nos reíamos.
Esta fue la prueba del alcohol del buen señor que me vendió esta delicia, la mejor del verano, de su huerta ciertamente, cómo no???? Y a continuación el sucesivo troceado que nos alegró tanto el verano. Descubrir que, la felicidad está basada en momentos tan sencillos como este, quizá sea una tarea que me ha costado descubrir pero llegar a tiempo ha sido una gran victoria.
Y con las manos una sorpresa para Víctor, mi sobrino que en breve cumplirá los 3 años e inicia este curso su primer año en el Colegio. Se dijo en la reunión de padres que los niños debían llevar una bolsita con su nombre para el almuerzo y a mí me faltó tiempo para ponerme manos a la obra. Os diré que es un niño fuera de serie y no porque sea mi sobrino, a mí tonterías las justas, no soy aduladora, peco de realista y sincera, pero este niño es algo extraordinario. Imágenes no puedo sacar porque mi ética me lo prohíbe y no es mi hijo. Se me empieza a caer la baba y corre peligro de que se corra la tinta.
Desde aquí un feliz comienzo para Víctor que inicia sus andanzas por el mundo del conocimiento, alrededor de este globo que es la Tierra, en la que vivimos todos. Te deseo que pintes cada momento de tu vida con los colores más alegres de la paleta que se te ha dado y sobre todo, que te termines todos los bocatas ehhhh!!!!!!